entre los sueños difuminados
del crepúsculo,
del crepúsculo,
bajo la opaca fertilidad de la materia
que oscurece los nombres
en un destino
de faros en la niebla,
de navíos errantes
que chocan sin cesar contra el islote
que chocan sin cesar contra el islote
carnívoro del mundo
y ahogan su deriva
en este laberinto de palabras
donde aún buscamos
la imagen secreta de los siglos.